Te siento en cada latido,
me arrancas las rendijas
y vas dando cuerda
a este rumor fugitivo.
Hay tanto de ti
en este sacudir mar adentro,
en este cabalgar peregrino
por las lindes del delirio.
Te siento nívea y pura
como el clamor de un rugido
que en mi pecho se aventura
para forjar mi destino.
Y renacer en cada suspiro
de salitre y espuma
con el que tus ojos
llenos de magia
me arrebatan el alma
y le van sacando brillo.
......................... Josiño
Prefiero el brillo de tus ojos
al de los diamantes.
Porque solo brillan para mí.
(José Narosky)